Trastorno por déficit de atención e hiperactividad y trastorno bipolar pediátrico, ¿Comorbilidad o traslape clínico?: Una revisión. Primera parte
##plugins.themes.bootstrap3.article.main##
Resumen
El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es comórbido con una variedad de trastornos psiquiátricos, y se puede confundir con algunas entidades diagnósticas como el trastorno bipolar pediátrico o de inicio temprano (TBPinf), lo que impide ofrecer un tratamiento oportuno y adecuado. Como objetivo principal de este artículo evaluaremos la relación existente entre el TBPinf y el TDAH. Existen múltiples estudios que han hablado de esta relación, y se ha encontrado que los niños y los adolescentes con trastorno bipolar tienen una alta comorbilidad con el TDAH, con índices que van de 57 a 93%. Los estudios de TDAH también han documentado que el riesgo de desarrollar un trastorno bipolar se incrementa 10 veces en sujetos de ambos sexos con TDAH al compararse con controles sin TDAH de la misma edad y sexo. Varios investigadores han comparado los síntomas observados en niños con TDAH y en niños con TBP, y se han propuesto algunas claves para diferenciar el TBPinf del TDAH. Actualmente, cuando hablamos del TDAH, no podemos desligarlo del resto de los trastornos de la conducta disruptiva, es decir, del trastorno de conducta y del trastorno oposicionista desafiante. Ciertos signos conductuales mencionados aquí pueden ayudar a determinar si un niño presenta un trastorno Bipolar y/o un trastorno oposicionista desafiante o un trastorno de conducta. El papel de la comorbilidad secuencial o concurrente entre la neuropsicología o neuroanatomía del trastorno bipolar y el TDAH aún no está clara. Reportes independientes indican un traslape en los circuitos neurales implicados en la fisiopatología del TBP y el TDAH. La comorbilidad del TBPinf y el TDAH en la práctica clínica complica, además del diagnóstico y la detección oportuna, su manejo tanto farmacológico como psicoterapéutico. En el aspecto farmacológico, algunos estudios han sugerido que los estimulantes pueden ser seguros y efectivos en niños con síntomas maniacos y TDAH, y existen otras alternativas que comienzan a considerarse. Existen datos que indican que en presencia de una historia de TDAH existe una disminución en la respuesta al tratamiento farmacológico en pacientes con TBP en fase maniaca. Evidencia como esta subraya la importancia que tiene para fines pronósticos y de planeación investigar la presencia de un TDAH activo o en remisión. En nuestro país se han realizado esfuerzos como el Algoritmo de Tratamiento para el TDAH en comorbilidad con el trastorno bipolar propuesto durante el Segundo Consenso de Expertos para el manejo del Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad, preocupados por adaptar para nuestra población los tratamientos actualmente existentes y propuestos para esta comorbilidad. Conclusiones El TDAH y el TBPinf son altamente comórbidos. Las semejanzas entre las características clínicas de estas entidades provocan con frecuencia que el diagnóstico se vuelva un reto para el clínico, e implica varias consideraciones en el tratamiento. En sintonía con las investigaciones internacionales, y los esfuerzos nacionales e internacionales por establecer un tratamiento, los estimulantes pueden ser considerados como una primera opción para el manejo de estos pacientes (TDAH/TBP), siempre y cuando se añadan a un estabilizador del estado de ánimo. Aunque los estimulantes pueden ser generalmente benéficos para muchos pacientes con TBP y TDAH, otros no pueden tolerarlos debido a los efectos secundarios o la desestabilización del estado de ánimo. Para ofrecer un mejor tratamiento a estos pacientes, es imperativo seguir buscando otras opciones de tratamiento que mejoren los síntomas residuales de atención y de cognición, incluso después de que se hayan controlado los síntomas afectivos.
Palabras clave:
Trastorno por déficit de atención e hiperactividad, trastorno bipolar pediátrico, comorbilidad