Comparación del ambiente familiar y el tipo de consumo de tabaco en adolescentes mexicanos de nivel medio superior
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Resumen
Introducción Aunque el tabaquismo no es exclusivo de adolescentes y jóvenes, la enfermedad ha sido definida como pediátrica por su inicio antes de los quince años de edad, por lo es necesario el desarrollo de estudios que identifiquen las diferentes influencias del consumo de tabaco factibles de ser modificadas. La familia es una de las influencias más importantes para las personas, pues modela comportamientos relacionados con la salud y es donde ocurre el desarrollo psico-emocional de sus miembros. Estudios preliminares han sugerido que algunos factores del ambiente familiar podrían influir en el consumo de tabaco en adolescentes como, por ejemplo, el de consumo de tabaco de familiares, bajos niveles de cohesión familiar, pautas de interacción defectuosas, falta de vínculos de apoyo, tolerancia familiar al consumo, bajos ingresos y bajo nivel educativo, bajo monitoreo paterno en las actividades adolescentes y el pobre control de la influencia del contexto social. Dado que no se han localizado antecedentes de la asociación entre el ambiente familiar y el tipo de consumo de tabaco en adolescentes mexicanos, el objetivo de este estudio fue comparar el ambiente familiar entre los tipos de consumo de tabaco en adolescentes escolares de nivel medio superior en Guadalajara, México.Material y métodos Se incluyeron a 1158 estudiantes seleccionados aleatoriamente de dos preparatorias de la Universidad de Guadalajara en el segundo semestre de 2005. La recolección de los datos se realizó por medio de dos escalas de autoaplicación estandarizadas para población mexicana: 1. Consumo de tabaco en el que el patrón de consumo fue categorizado: leve y moderado; 2. Ambiente familiar evaluado por medio de cinco dominios: hostilidad y rechazo, comunicación con el hijo, apoyo de padres a hijos, comunicación entre padres y apoyo del hijo a los padres. Resultados Seiscientos quince (53.1%) adolescentes fueron no fumadores, 419 (36.1%) calificaron como fumadores leves y 124 (10.8%) como fumadores moderados. Ser no fumador se asoció consistentemente con un mejor estado en todos los dominios de la escala de ambiente familiar. Los no fumadores tuvieron mayores calificaciones en los dominios de comunicación padre-hijo, apoyo de los padres, comunicación entre los padres y apoyo significativo del hijo, así como menores calificaciones en hostilidad y rechazo en comparación con los fumadores leves. Los no fumadores tuvieron mayores calificaciones en el dominio de comunicación con el hijo y menores calificaciones en el dominio de hostilidad y rechazo en comparación con los fumadores moderados. No se apreció ninguna diferencia entre fumadores leves y moderados. Discusión El estudio reveló consistentemente que existe un ambiente familiar más favorable para los adolescentes no fumadores comparados con los fumadores. Las principales diferencias en el ambiente familiar radicaron entre los no fumadores y los fumadores leves, y en menor grado, entre los no fumadores y los fumadores moderados. No apreciamos ninguna diferencia en el ambiente familiar entre los fumadores leves al compararlos con los moderados. A partir de que el ambiente familiar no parece deteriorarse una vez que el adolescente ya inició el consumo de tabaco, sugerimos que existen ciertas estructuras familiares que favorecen su consumo. Partiendo de estas consideraciones, pensamos que el consumo de tabaco en adolescentes es un fenómeno social en el que intervienen diferentes actores sociales, por lo que no es suficiente desarrollar sólo acciones educativas y de tratamiento para los adolescentes, sino que además deben involucrarse los padres.
Palabras clave:
Adolescentes, ambiente familiar, familia, consumo de tabaco