Resiliencia: ¿es posible medirla e influir en ella?
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Resumen
El objetivo de este trabajo es hacer una revisión acerca del concepto de resiliencia, sus aspectos biológicos, las formas en las que se puede intentar medirla y algunas posibles intervenciones. El término resiliencia es una castellanización de la palabra inglesa resilience o resiliency, que originalmente se usaba en la termodinámica. En las ciencias biológicas se define como «la capacidad de un ecosistema o de un organismo para regresar a la estabilidad al sufrir una alteración». En la investigación psicosocial, Rutter define a la resiliencia como «la resistencia relativa a las experiencias psicosociales de riesgo». Para que el proceso de resiliencia se pueda presentar, es necesario que el individuo se encuentre expuesto a una importante carga de estrés y adversidad, donde sus esfuerzos por contenderla terminan orientándose hacia una adaptación positiva a pesar de sufrir agresiones a lo largo del proceso de desarrollo. Se pueden anticipar tres escenarios de respuesta: que los individuos en riesgo muestren una mejor evolución a la esperada, que una adaptación positiva se mantenga a pesar de experiencias estresantes, o que se llegue a una buena recuperación después de un trauma. En la respuesta fisiológica ante el estrés agudo participan diversos neurotransmisores, neuropéptidos y hormonas, los cuales tienen interacciones funcionales que pueden producir una respuesta psicobiológica al estrés agudo y consecuencias psiquiátricas a largo plazo debido a que median mecanismos y circuitos neuronales que regulan la recompensa, el condicionamiento al miedo y la conducta social. Entre ellas están el cortisol, la hormona liberadora de corticotropina, la norepinefrina, la galanina, el neuropéptido Y, la dopamina y la serotonina. Para medir la resiliencia se deben tomar en cuenta los factores biológicos asociados al estrés agudo y crónico. Para este fin se ha acuñado el término alostasis, el cual se define como una respuesta fisiológica adaptativa ante el estrés agudo. Lo ideal es que una vez suprimido el estrés agudo se llegue a un estado de homeostasis. Sin embargo, si esto no se lleva a cabo y la respuesta adaptativa ante el estrés persiste o disminuye sólo de forma parcial, se presentan efectos dañinos sobre la función fisiológica y psicológica que se van acumulando; este fenómeno se denominó «carga alostática». Para evaluar la carga alostática se debe incorporar información sobre los niveles «usuales» de alostasis de cada individuo; también evaluar la dinámica de los sistemas y los parámetros de los sistemas reguladores mayores. Además de los aspectos biológicos, para el estudio de la resiliencia se deben tener en cuenta otros factores que podrían contribuir a que el proceso resiliente se inicie o no; es decir, los factores de riesgo y vulnerabilidad y los factores protectores. Estos factores se estudian en tres áreas: los propios de los niños, en el ambiente familiar y en la comunidad. Los factores propios del niño son: inteligencia, temperamento, flexibilidad, sentido del humor y autoestima. Los factores del ambiente familiar son: maltrato, pérdida parental, apego y apoyo, disciplina y monitorización, calidez y enfermedad mental de los padres. Los factores en la comunidad son: violencia, redes sociales, vecindario. Partiendo de estos factores se pueden organizar sistemas adaptativos, que pueden ser individuales: aprendizaje, apego, motivación, respuesta al estrés y auto regulación; y socioculturales: familiar, escolar, pares, cultural y social. Estudios en niños maltratados han permitido identificar genes implicados en la protección o disminución del riesgo para desarrollar psicopatología. Ciertos genotipos confieren protección para depresión, esquizofrenia, abuso de sustancias o maltrato. Conociendo algunos de los factores que contribuyen a la resiliencia y que se han estudiado en poblaciones en que se corrobora dichas contribuciones, se puede formular la siguiente pregunta: ¿Será posible intervenir en poblaciones de riesgo? Partiendo del punto de que los niños sufren daño debido a que sus sistemas adaptativos están siendo atacados y que no se han desarrollado completamente, es posible prevenir el daño, reparar o hacer mejor estos sistemas adaptativos
Palabras clave:
Estrés, alostasis, carga alostática, resiliencia