Consumo de alcohol en cuatro facultades de la Ciudad Universitaria (UNAM)
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Resumen
Este trabajo presenta algunos de los resultados obtenidos en una investigación realizada durante los primeros meses de 1985 en las Facultades de Psicología, Medicina, Economía y Contaduría de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Se utilizó el llamado "Método del Informante" para estudiar a los alumnos de tercero y noveno semestres de las facultades señaladas, que constituían una población de 6502 alumnos. Se siguieron los procedimientos generales del Método del Informante haciendo algunas modificaciones para la población universitaria "cautiva". El método del Informante mostró su gran maleabilidad, su buena aceptación, su rapidez y su bajo costo. Se contestaron el 100% de los cuestionarios y hubo una buena colaboración de los involucrados en el problema. Un miembro del equipo de investigación estuvo presente en el momento de contestar y los informantes trabajaron sin retribución económica. Se observó que al llegar a la universidad los estudiantes ya conocen el alcohol, sobre todo por sus experiencias en la preparatoria. Esto significa que los hombres beben desde jóvenes sobre todo cerveza, mientras que las mujeres parecen empezar a beber posteriormente. Los alumnos entrevistados opinaron que a sus profesores no les importaba que los alumnos se presentaran a clases después de haber bebido, lo que demuestra el grado de permisividad que se encontró en esta investigación. Aparentemente, los alumnos que trabajaban además de estudiar, consumen más bebidas alcohólicas, pero esto no se exploró suficientemente. Los alumnos que se estudiaron parecen provenir de un ambiente donde es evidente que se consume alcohol, y en el que tienen acceso a estas bebidas, aunque no pueden disponer de ellas a su gusto ni invitar a sus amigos. En sus fiestas es importante que haya alcohol, aunque no es indispensable. El beber mucho no es motivo de admiración y sí puede ser motivo de rechazo, especialmente por los padres de sus compañeros. Hay un evidente rechazo a recurrir a un centro de tratamiento alcohólico en la UNAM, debido a la estigmatización que esto traería, prefiriéndose las medidas de tipo impersonal, como campañas antialcohólicas o medidas restrictivas para el consumo de estas bebidas. Las alumnas son más tolerantes hacia los compañeros que beben sin embriagarse pero los hombres son menos tolerantes hacia el consumo femenino. Las mujeres son aún menos tolerantes respecto al consumo femenino pero aceptan, en general, el consumo masculino, aunque están en contra de que se embriaguen. Los universitarios que se estudiaron bebían principalmente para estrechar la amistad, y en segundo lugar, para ser aceptados por su grupo, es decir, por motivos sociales. Consideran que la gente se embriaga debido a problemas amorosos, sentimentales, morales, familiares y para ser aceptados socialmente. Dejan de tomar por razones morales, de salud, o por desagradarles el sabor de las bebidas alcohólicas y, sólo en última instancia, debido a posibles problemas escolares. Según la opinión general de los alumnos entrevistados, en sus Facultades no parece haber problemas serios derivados del consumo de alcohol, aunque el beber, tambalearse o gastar excesivamente en bebidas alcohólicas, se hace cada vez más frecuente.
Palabras clave:
alcoholismo, educación, psiquiatría social, patrón de bebedores de alcohol, jóvenes estudiantes, México, madurez