Consideraciones sobre los problemas mentales y conductuales que afectan la salud en sociedades en desarrollo: el caso de México
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Resumen
En estos comentarios sobre la conferencia que trata de la Salud Mental dentro del ciclo dedicado al tema de "Investigación en Salud: La Declaración de Estocolmo 1990", organizado por el Colegio Nacional, se señalan las peculiaridades socioeconómicas de México, en donde coexisten los problemas de salud del mundo desarrollado con los del mundo subdesarrollado. Desde la XXVIII Asamblea Mundial de la OMS, en 1975, se declaró que los trastornos mentales son problemas mayores de salud pública, por lo que se les pidió a los estados miembros que fortalecieran sus programas de salud mental. La psiquiatría ha contribuido a este proceso estrechando sus relaciones con la biomedicina y las neurociencias, y cambiando el núcleo de sus acciones del hospital psiquiátrico a los centros de salud en el seno de la comunidad. Se están desarrollando en México estudios sobre factores sociodemográficos y psicosociales que pueden tener una importancia etiológica en psicopatología. Dos problemas en esta área son el tabaquismo y el abuso del alcohol. Sobre este último se mencionan algunos estudios relevantes, y el proyecto AUDIT, de la OMS, para detectar a los sujetos que tengan dificultades por su manera de beber. La adicción a sustancias tóxicas debe plantearse como un fenómeno dinámico y transnacional. Nuestro país presenta en este terreno un perfil muy diferente al de Colombia o al de los Estados Unidos. La dependencia a estas sustancias es un complejo fenómeno biopsicosocial aún no del todo conocido. La información disponible actualmente en México se obtuvo de una serie de encuestas efectuadas por el Instituto Mexicano de Psiquiatría sobre el uso de sustancias adictivas. Nuestros conocimientos sobre su prevalencia en la nación se ha enriquecido con la Encuesta Nacional de Adicciones, llevada a cabo en 1988 por la Dirección General de Epidemiología de la Secretaría de Salud y por este Instituto. La población estudiada es representativa del 75% de la población total del país. De esta encuesta se desprende que en México predomina el consumo de mariguana, anfetaminas y sustancias inhalables, pero es necesario reforzar las acciones preventivas para evitar que se difunda el empleo de otros tóxicos de uso en otros países. Otro de los temas que se trata en esta comunicación es el de los problemas de salud mental de los niños; se estima que por este motivo, el 10% de los niños de las zonas urbanas requieren intervención especializada, al igual que los menores abandonados y maltratados debido a la pobreza y al alcoholismo de los padres. El aumento de las expectativas de vida en nuestro país conlleva el riesgo de que se presenten con mayor frecuecia enfermedades crónicas y demenciales. Aún se desconoce la prevalencia de las demencias, y carecemos de programas que estudien los problemas psicosociales y mentales de los ancianos. En la ciudad de México, entre una tercera parte y la mitad de las consultas en el primer nivel de atención es atribuible a trastornos psicosociales y psiquiátricos, principalmente la depresión y la angustia. La somatización y la elaboración mágica de los síntomas hace difícil identificarlos, pero adiestrando adecuadamente al personal se podrán diagnosticar mejor estos problemas por medio de escalas, entrevistas e inventarios adaptados a las variantes culturales. En México se ha hecho un esfuerzo para cerrar la brecha que hay entre la psiquiatría y la salud mental y el resto de la medicina, formando investigadores en las tres grandes áreas: neurociencias, investigaciones epidemiológicas y sociales, e investigaciones clínicas, pero sabemos que la salud mental sólo llegará a las poblaciones rurales y marginadas por medio de los servicios generales de salud, la educación y la participación activa de la población.
Palabras clave:
adicciones, alcoholismo, comportamiento, conducta, etnopsiquiatría, psiquiatría clínica, psiquiatría transcultural