Salud Mental

Encuesta Nacional de Salud: el consumo de bebidas alcohólicas

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Graciela Solache-Alcaraz
Roberto Tapia-Conyer
Graciela León
Federico Lazcano
Víctor Borja
Jaime Sepúlveda

Resumen

En el presente trabajo se informa acerca de los resultados de la Encuesta Nacional de Salud en México, sobre la prevalencia de consumo de bebidas alcohólicas, el grado de preocupación ocasionado por su ingestión y los riesgos que conlleva su consumo. La encuesta se realizó durante los años de 1986 y 1987 por la Dirección General de Epidemiología de la Secretaría de Salud, en una muestra de 54 mil viviendas distribuidas tanto en áreas urbanas como rurales del territorio nacional. El trabajo tiene como sustento metodológico, los estudios sobre alcoholismo que ubicados en la corriente epidemiológica, han seguido métodos directos; en particular recoge la experiencia de encuestas nacionales de salud realizadas en otros países, que utilizan la información sobre el grado de preocupación por la forma de beber de los convivientes, como un indicador de que se trata de bebedores problema. En el instrumento que se emplea para recoger la información se incluyeron preguntas sobre el hábito de beber en una población comprendida a partir de los 12 años de edad, y la preocupación que esto causa a sus familiares dejando a un lado otros aspectos tales como el patrón de consumo de bebidas alcohólicas o la estimación de la prevalencia de dependientes del alcohol. Con base en lo anterior, se clasificó a la población en tres grupos: los no bebedores, los consumidores que beben en forma no preocupante y los consumidores preocupantes. Junto a esta condición central, el trabajo analizó las variables de edad, sexo, estado civil, escolaridad, situación laboral, estado de salud percibido, hábito tabáquico, migración, accidentes, enfermedades crónicas, hospitalización, incapacidad e impedimento de salud. Se calcularon razones de prevalencia para cada variable, estimándose la proporción de personas que consumen bebidas alcohólicas de manera preocupante y que poseen alguna de las características investigadas, con la proporción de personas que consumen bebidas alcohólicas de manera preocupante y no poseen dichas características, como un estimador del riesgo relativo. Las razones de prevalencia fueron controladas por edad, mediante análisis estratificado, empleando el estimador de Mantel y Haenzel. De la muestra se pudo obtener el perfil estadístico de la población nacional mayor de 12 años, que suma 55.7 millones de individuos, de los cuales el 70 por ciento pertenece al grupo de los no bebedores, el 20.5, al de los consumidores que lo hacen en forma no preocupante, y el 7.3 por ciento, al sector de la población que consume alcohol en forma preocupante. De un 2.2 por ciento del total de la población encuestada se ignora su situación en relación con el consumo de bebidas alcohólicas. Una vez desglosada la información por sexo, se encontró que el 40 por ciento de los hombres consumen alcohol, de los cuales el 26 por ciento lo hace en forma no preocupante y el 14 por ciento, de manera preocupante. Asimismo, la encuesta reveló que el mayor índice de hombres con hábitos de consumo alcohólico preocupante se sitúa entre las edades de 30 a 49 años, entre personas sin escolaridad, cuyo estado civil es el de casados, con altos índices de tabaquismo y con antecedentes de haber sufrido accidentes. En cuanto al sexo femenino, los resultados de la encuesta indican que el 16 por ciento de las mujeres mayores de 12 años consumen alcohol, 15 por ciento sin causar preocupación y uno por ciento de manera preocupante. En el grupo femenino, las prevalencias de consumo preocupante aumentan con la edad, observándose la cifra más alta entre los 60 y los 69 años, y se concentra en mujeres divorciadas y viudas. Al igual que en el grupo masculino, el consumo de bebidas alcohólicas en forma preocupante entre las mujeres coincide con la carencia de escolaridad y con altos índices de tabaquismo. Los antecedentes migratorios, del estado de salud percibido, de incapacidad e impedimento de salud y de hospitalización no mostraron relación con el consumo preocupante de bebidas alcohólicas. La encuesta confirma la mayor prevalencia de ingestión de bebidas alcohólicas entre hombres que entre mujeres, en una proporción de 2:1, y de 14:1 cuando el consumo es preocupante. Resalta el hecho de que el consumo de alcohol entre los jóvenes menores de 18 años - que además es ilegal - sea alto y ya presenten consumo preocupante; de la misma manera, es un hallazgo relevante que la cuarta parte de la población masculina entre los 30 y los 49 años beba en forma preocupante. Finalmente, se plantean tres condiciones como explicación al grado de preocupación que manifiestan los individuos que conviven con un consumidor de bebidas alcohólicas: la primera, a la que podemos denominar "funcionalidad social" del individuo, indicaría que mientras el bebedor mantenga los patrones socialmente aceptados de integración familiar y respondabilidad laboral, no aparecerá entre las personas con las que convive, la preocupación por su forma de beber. La segunda estaría marcada por las consecuencias tanto económicas como en la salud, entre otras, que tenga el consumidor por su forma de beber. La tercera condición se expresaría en los casos de consumo de alcohol de los hombres en edad productiva, casados y laboralmente activos, y es motivo de mayor preocupación entre las personas con las que convive, probablemente por ser percibido como un riesgo para la estabilidad familiar. Así, una población con las características que presentan los resultados de esta encuesta constituye un grupo en donde se deben poner en práctica acciones preventivas amplias e integrales que hagan consciente a la familia sobre la importancia que tiene la detección temprana del alcoholismo, de su manejo y, sobre todo, de la relevancia que tiene la prevención del problema.
Palabras clave:
alcoholismo, psicología, psiquiatría clínica, patrones de bebedores de alcohol, México, tensión psicológica, adolescencia, madurez