El sistema nervioso: maravilla que empezamos a descifrar

Resumen

De todos los órganos que han ocupado la atención de los científicos, ninguno es tan fascinante y complejo como el cerebro humano. Una masa tan limitada de materia viva tiene, sin embargo, la capacidad de regular y coordinar eficientemente la actividad de cientos de músculos del cuerpo humano. El cerebro es también el sustrato que genera nuestro pensamiento y nuestra autoconciencia. Es, en pocas palabras, el órgano que nos hace ser lo que somos: seres pensantes, capaces de percibir, sentir, reír, llorar. El tema de este artículo es el sistema nervioso, del cual forman parte el cerebro, el cerebelo, el tallo cerebral y la médula espinal. Podríamos definirlo como un agregado organizado de células nerviosas y elementos asociados. Las células nerviosas son células que se especializan en la generación, integración y conducción de estados de excitación y su función específica estriba en procesar información. El sistema nervioso tiene dos funciones principales. Una de ellas es la de preservar el statu quo generando respuestas compensatorias a estímulos que desplazan o perturban alguna función del organismo; la otra consiste en iniciar acciones que alteran el statu quo. La preservación de un estado de equilibrio (statu quo) implica la existencia de: a) un sistema de detección de las variaciones del medio que se pretende controlar (sistema receptor); b)un sistema que analizará y jerarquizará la información obtenida (decodificador); c) un sistema que generará los comandos para las acciones requeridas (controlador) y, d) un sistema que implementará (sistema efector). En su segundo modo de operación, el sistema nervioso puede iniciar acciones capaces de alterar el statu quo reemplazando una forma de comportamiento por otra. A esta categoría pueden adscribirse funciones como el aprendizaje y la memoria.