La aplicaciones de la estimulación magnética transcraneal en psiquiatría
##plugins.themes.bootstrap3.article.main##
Resumen
La estimulación magnética transcraneal (EMT) es un procedimiento novedoso y promisorio para el estudio de los mecanismos cerebrales de la conducta humana. Si bien desde finales del siglo XIX se describió la aplicación de la estimulación magnética, no fue sino hasta hace poco más de diez años que mediante ésta se pudo estimular el cerebro. En su forma actual, los equipos de estimulación magnética están compuestos por un sistema de capacitores de alto voltaje que generan pulsos breves de corriente eléctrica hacia una bobina en forma de anillo o de ocho, la cual se coloca sobre la superficie de la cabeza. Los flujos transitorios de corriente generan un campo magnético que, a su vez, induce corrientes eléctricas en el tejido cerebral subyacente. La aplicación de un solo pulso de EMT es conocida como EMT simple y la aplicación rítmica de varios pulsos es llamada EMT repetitiva (EMTr), que puede ser de frecuencia lenta o rápida. El efecto inicial más sorprendente de la EMT fue la inducción de contracciones en músculos contralaterales al hemisferio cerebral estimulado, efecto que actualmente se emplea para establecer el umbral motor de cada individuo. Además de representar la posibilidad de investigar la integridad de las vías motoras, su aplicación se ha extendido al estudio de otras funciones cerebrales, entre ellas la modulación de las respuestas emocionales. En voluntarios sanos, la aplicación de EMTr en las regiones prefrontales izquierda y derecha ha producido, respectivamente, estados transitorios de tristeza y alegría. Teniendo como fundamento las bases fisiopatológicas de la depresión y los efectos de la EMT sobre la excitabilidad cortical y el estado de ánimo, se la ha puesto a prueba como estrategia terapéutica en pacientes deprimidos. Los resultados son alentadores, comparables incluso con los obtenidos con tratamiento electroconvulsivo. Aunque diferentes grupos de investigadores han reproducido su efecto antidepresivo, las características inherentes al procedimiento hacen que dichos resultados no puedan tomarse como definitivos. Quizá la mayor limitación metodológica ha sido el diseño de una maniobra simulada que permita distinguir la respuesta al procedimiento activo del efecto placebo. Aún no se han definido completamente los parámetros de eficacia antidepresiva y se desconocen los mecanismos por los cuales ejerce este efecto. Es probable que en los próximos años se aclaren estos aspectos y se defina el lugar de la EMT en el tratamiento de la depresión. Se ha estudiado también su efecto terapéutico en la manía, el trastorno obsesivo compulsivo, el trastorno por estrés postraumático y la esquizofrenia, y se ha propuesto su utilidad en la investigación de los circuitos neuronales involucrados en la fisiopatología de éstos y otros trastornos psiquiátricos. La combinación de la EMT con los estudios de neuroimagen ha permitido conocer los efectos de la primera en la actividad cerebral y es un área en rápido desarrollo. La EMT ha demostrado ser una técnica segura, cuyo efecto secundario más preocupante es la producción de crisis convulsivas; afortunadamente, en este sentido, existen ya parámetros de seguridad y se han identificado condiciones que contraindican su uso. Si bien aún es incierto el papel de la EMT en el tratamiento de los trastornos psiquiátricos, existen pocas dudas sobre su utilidad en el estudio no invasivo del funcionamiento cerebral en condiciones de normalidad y de enfermedad mental.
Palabras clave:
estimulación magnética transcraneal, depresión, trastornos psiquiátricos, seguridad