El modelo cartesiano de la función pineal

Resumen

Por su importancia en las ciencias biológicas, en las ciencias médicas y en las diferentes actividades del hombre, tanto el estudio de las imperceptibles como de las notables variaciones cíclicas funcionales de la materia viva ha provocado un creciente interés en el campo del conocimiento humano. Como una rama horizontal de las ciencias biológicas, la cronobiología trata precisamente del análisis de esa conducta rítmica en la actividad enzimática, en los componentes subcelulares, en la actividad visceral, corporea y mental. Por haber nacido con la vida misma, encontramos, al indagar sus raíces, que la cronobiología es considerada ya desde el origen de las diferentes civilizaciones. Con el despertar explosivo del conocimiento de los aspectos básicos de las ciencias naturales en el primer Siglo de la Ilustración, la cronobiología ocupó la atención de pensadores originales y talentosos. En Europa, René Descartes postuló en ese tiempo un modelo encefálico único y central para coordinar la actividad nictameral en el ser humano. Descartes propuso que los componentes corpóreos de un animal constituyen una máquina controlada automáticamente por una estructura que, a manera de un reloj, señalaría el tiempo y en cuya operación debería participar una substancia inmaterial. Además de sus contribuciones al conocimiento de las operaciones básicas del sistema nervioso, en sus planteamientos relacionados con la coordinación neural para la actividad corporal, Descartes consideró una forma de control integrador que atribuyó a la glándula pineal. Le dio a esta estructura un papel estratégico y preponderante al señalarla como el asiento anatómico del alma. Los efectos de la alteración de esa estructura sobre la conducta aberrante de los pacientes psiquiátricos, los de su remoción experimental y su papel en varios aspectos del control metabólico y hormonal, hacen que la proposición cartesiana de la acción de ese complejo órgano fotosensible y neuroendócrino adquiera una significativa actualidad. La concepción metafórica cartesiana del funcionamiento de esa pequeña porción epifisiaria del sistema nervioso como el de un reloj es prueba de su particular intuición. Descartes supone que la glándula pineal desempeña un papel cardinal, a la manera de una torre de comando que recibiera la información periférica neural para coordinar la activación corporal. Según lo representa Descartes, la actividad cíclica cerebral se modifica de acuerdo con el tiempo nictameral a través del número de pequeños túbulos encefálicos y de los nervios craneales periféricos activados, lo que prueba la sólida valía de su pensamiento para explicar el control conductual rítmico y motivacional desde las áreas centrales del sistema nervioso.